Una buena visión es determinante en un buen rendimiento escolar, debido a que más del 70% del aprendizaje está vinculado con las habilidades visuales. En consecuencia, si existen problemas de la visión no detectados a tiempo, estos pueden provocar dificultades en el aprendizaje.
Durante los primeros años de vida de los niños son determinantes es muchos aspectos; antes de los diez años los pequeños no sólo perfeccionan las habilidades psicomotrices, el lenguaje y la comprensión, también desarrollan la visión. En otras palabras, sus ojos "aprenden a ver", por lo que es determinante verificar que todo esté en orden y asegurar el desarrollo visual. Cualquier problema inadvertido que se identifique pasada este edad, podría convertirse en un daño permanente y aunque se prescriban lentes o tratamiento, los ojos podrían no estar en condiciones de responder favorablemente. De ahí la importancia de detectar condiciones como astigmatismo, miopía e hipermetropia en los niños pequeños. Cabe decir que para hacer exámenes de la vista no es necesario que los niños sepan leer; en edad preescolar se pueden usar estímulos, colores y figuras para aplicar las pruebas.
Debemos darle la importancia que se merece al desarrollo visual de nuestros niños ya que las edades tempranas son las ideales para la detección y tratamiento oportuno de las diferentes anomalías de la visión que además de influir de forma directa en su aprendizaje escolar también son parte fundamental en su relación con el medio que los rodea, opciones para revisarlos hay muchas pero que mejor que acudir con los verdaderos especialistas, los ópticos - optometristas u oftalmólogos especializados en niños, algunos trabajan en consulta privada, otros en hospitales u ópticas, se puede llevar al niño al lugar que más nos convenga siempre y cuando estemos seguros de que la persona que lo evaluará será un verdadero profesional de la salud visual.
Siempre hay que estar alertas ante cualquier signo que indique que el pequeño puede tener problema visual, cansancio al leer, acercarse en demasía los objetos, entrecerrar los ojos, falta de concentración etc son sólo algunos de los signos a los que como padres debemos observar, el niño muchas veces no podrá indicarnos si su visión es buena o como ellos no tienen con qué comparar, no saben como se supone que tienen que ver por lo que ante cualquier duda hay que acudir al profesional.